Cuidados de los conejos enanos

Cuidados de los conejos enanos

Los conejos enanos cada día son elegidos por más personas como animales de compañía, o si se prefiere, mascotas para el hogar. Sin embargo, son animales sensibles que de no cuidarse con esmero puedan enfermarse fácilmente.

En este artículo te brindaremos algunos consejos esenciales que no debes perder de vista o dejar de seguir si te decides por acoger en tu casa un conejo enano.

Alimentación de los conejos enanos

Como primer punto hablaremos de la alimentación, un aspecto que siempre preocupa y en el que no podemos cometer errores.

Los conejos enanos son todos herbívoros y puede hallarse sin contratiempos alimento concentrado especial para ellos, que es lo más indicado para que integre la base esencial de su dieta. Los especialistas recomiendan no incluir pienso para conejos de granja en la dieta de los enanos porque este componente está concebido para la ceba de conejos que serán consumidos como carne y como buenos cuidadores debemos velar por que nuestra mascota sea sana y no padezca ni tan siquiera de obesidad.

Un componente muy efectivo es el heno fresco, regulador de la digestión de los conejos y que lo ayudará a desgastar sus dientes.

Siempre se les debe alimentar a la misma hora y dos veces al día, en las mañanas y las tardes.

Jaula ideal para un conejo enano

La jaula ideal para tener un solo ejemplar debe tener dimensiones aproximadas de 90 centímetros de largo, 60 de ancho y 50 de altura, aunque mientras más grande mucho mejor para su comodidad. Se recomiendan las jaulas de reja galvanizada y que no tengan barrotes cubiertos con plástico, porque los conejos no tardan en roerlo.

Se les debe sacar de la jaula al menos una vez al día para que se ejerciten y mantengan saludables, aunque observándolos continuamente para que no vayan a roer o ingerir algo que los pueda dañar. Dicen que si se logra educar bien al conejo, este puede llegar a estar suelto por la casa sin ningún tipo de problema.

En aras de que la mascota mantenga un pelaje brillante y bien cuidado, digno de competencia, deberemos cepillarlo como mínimo una vez por semana, aunque mientras más veces mejor. Con esto nos desharemos del exceso de pelo y se evita que cuando el conejo se lama mientras se limpia a su forma natural, ingiera cantidades de pelo desaconsejables que luego se incrustan en su aparato digestivo.

De igual forma, se recomienda no bañarlos ni cortarles el cabello para no eliminar la capa protectora que tienen en la piel. Como último recurso, en caso de que se ensuciaran mucho, el baño debe practicarse sólo con agua y evitando mojar su cabeza. Los pliegues cutáneos de la región genital se pueden limpiar con un algodón mojado en aceite para niños y si se les pegara el pelo de la región anal, se puede limpiar el área con una toalla humedecida con agua tibia.

Salud de los dientes de las razas enanas

Por último debe hablarse con claridad sobre los dientes de los conejos enanos. Crecen continuamente y por eso que necesitan roer con mucha frecuencia. En este sentido, se debe prestar especial cuidado a la malocusión dental, una enfermedad que hace que los dientes del conejo crezcan desproporcionadamente.

Si alguno de nuestros conejos presentase este problema, debemos acudir a los especialistas rápidamente, pues de no hacerlo correremos el riesgo de que el animal fallezca por la inanición, ya que esa enfermedad impide que coma de forma adecuada.

Para que roan se recomienda ponerle madera no tratada, cartón, o ramas de árboles frutales, con la excepción del cedro, que es como veneno para esta raza y otros conejos.

Sociabilidad de los conejos enanos

Los conejos enanos pueden vivir en compañía. Sólo hay que garantizar su territorio a cada macho, pues en ese aspecto sí son intransigentes. Necesitan su espacio propio y único y de no tenerlo, la cría podría volverse un caos.

Con estas indicaciones, no se deberían afrontar muchos problemas en la cría de conejos enanos. Son animalitos muy dóciles, fácilmente domesticables y dándoles la atención que merecen, nos recompensarán con afecto y gratitud. Son tan bellos o tiernos, que para muchos constituye la mascota idónea en una relación de pros y contras. Demandan poco y no molestan nunca, si no más bien todo lo contrario, sólo dan alegrías. Pero ojo, esto hay que irlo ganando de a poco, pues por naturaleza los conejos son huidizos y desconfiados. Si queremos que se acerquen a nosotros, debemos irles mostrando que sólo queremos su bienestar y somos quien le facilita la vida.

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