Comportamiento de los conejos

Comportamiento de los conejos

Cada gesto de nuestro conejo lleva un mensaje implícito, está tratando de comunicarnos un estado de ánimo, y debemos estar preparados para interpretarlo. Ya sea que hunde su cabeza en nuestras manos, mordisquea los barrotes de la jaula o sacude sus orejas frenéticamente, está asumiendo comportamientos que bien pueden tratarse de una enfermedad, una conducta social determinada o un rasgo de su herencia silvestre. Conozcamos cuáles son estos comportamientos, y qué hacer en cada caso.

Manifestaciones más habituales

A diferencia de otros animales, los conejos expresan sus sentimientos a través de gestos visuales y no auditivos, pues al ser una especie amenazada constantemente por depredadores en la naturaleza, evita las manifestaciones sonoras, o quizás las realiza de una manera más discreta. Evidentemente, es fundamental entrenar nuestros ojos para captar este tipo de señales y saber traducirlas.

Por ejemplo, cuando el conejito patea fuertemente el suelo, está indicando un signo de enfado o rivalidad ante nuestra presencia o la de otros machos de su misma especie, sobre todo en épocas de apareamiento. Este mismo gesto sirve para denotar nerviosismo o una evidencia inminente de peligro.

De la misma forma, poseen unas glándulas especiales de olor ubicadas en la barbilla, la cual frotan contra los barrotes de la jaula y el resto de los accesorios en ella, como bebederos y comederos para transmitir sus olores, incluso pueden marcarnos a nosotros, o bien, si aún no han sido esterilizados, orinarán las esquinas de la jaula en clara señal de territorialidad.

Llamar nuestra atención

Otro gesto que debemos aprender a identificar, es cuando la mascota solicita de nuestras caricias, en cuyo caso, inclinará la parte delantera de su cuerpo para introducir su cabeza entre nuestras dedos. De no corresponder a su solicitud, nos mostrará un comportamiento agresivo, llegando en muchas ocasiones a mordisquear nuestras manos.

También buscará la manera de llamar nuestra atención a través de pequeños gruñidos, o acercándose a la puerta de la jaula para salir, solicitar comida o una sesión de caricias. Si el gruñido se manifiesta más agudo que de costumbre, estará evidenciando sentirse amenazado, y esto es algo muy común en las crías recién nacidas y en las hembras en pleno proceso de gestación.

Si notamos que inclina su cabeza hacia los lados y nos dirige una mirada fija, significa que está prestando atención, y debemos acercarnos a él para acariciarlo. Muchas mascotas, cuando adquieren la debida confianza, girarán su cuerpo hacia la zona donde quieren ser acariciados, y en muchas ocasiones, mostrarán su afecto y agradecimiento lamiéndonos las manos.

Conductas caprichosas

Conviene saber además que algunas conductas en el conejo, como mordisquear los barrotes o escarbar en el suelo de la jaula, responden a signos de ansiedad o aburrimiento. Debemos tener en cuenta además, que este tipo de animales poseen un marcado rasgo social, por lo que mantener un solo ejemplar lo volverá destructivo y agresivo en muchas ocasiones.

Para palear estas manifestaciones, debemos proveerle de algunos accesorios como pelotas, juguetes colgantes y trozos de madera para desgastar sus dientes. No obstante, recalcamos que lo más indicado es criarlos en compañía de otros conejos para satisfacer su carácter gregario. En este sentido, nunca colocaremos dos machos dentro de una misma jaula, pues terminarán lastimándose con tal de establecer una jerarquía dominante.

En cambio, las hembras conviven pacíficamente entre ellas, aunque lo mejor sin duda, es poseer varios ejemplares de distintos sexos, y si no deseas que produzcan crías, siempre podrás castrar al macho.

Si la conducta rebelde continúa, quizás debas considerar la idoneidad del espacio donde se encuentran. Los conejos necesitan de al menos un metro cuadrado para estirarse, desplazarse y juguetear libremente. A esto debes añadir además un par de horas al día fuera de la jaula, donde pueda corretear por el hogar y liberar estrés.

Consejos para ganarnos su confianza

Cada vez que interactúes con tu conejo, evita los movimientos bruscos. Para los primeros acercamientos, podrás auxiliarte de un poco de comida mientras la acercas sobre tu mano cuidadosamente a la puerta de la jaula. No te olvides de mencionar su nombre, y espera siempre que la mascota acuda a tu encuentro. Tampoco es aconsejable que la jaula se encuentre en lugares elevados, sino que debes tumbarte en el suelo para interactuar con el animal.

Una vez superado este paso, el conejo saldrá a explorar el exterior de su jaula, permítele que lo conozca todo por sí mismo y espera que se acerque a ti. Debes mostrar mucha paciencia mientras investiga la habitación. Cuando llegue a ti, deja que te olfatee, así podrá familiarizarse con tu olor y considerarte su amigo.

El respeto del conejo es algo que se logra con el tiempo. Su naturaleza dominante le llevará a imponerse ante ti y morderte en algunos casos. Para reprenderlo, grítale y apártalo hacia un lado sin lastimarlo. De la misma manera, utiliza las caricias como un incentivo para las conductas adecuadas y respeta su voluntad cuando no quiere estar cerca de ti y comience a patalear o gemir.

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